Crónica
Polientes
Lunes
12 de diciembre
Después de tantas ganas y
preparativos… ¡por fin estamos en Polientes! Salimos de Santander sobre las 9
de la mañana y, tras vencer los mareos del camino, llegamos a Villaescusa de
Ebro, donde nos esperaban Celeste, Nuria y Palmira, tres de las monitoras con
las que estaremos toda la semana.
Divididos en tres grupos, comenzamos
el ascenso hacia El Tobazo. Durante el trayecto realizamos diversas paradas
para descubrir peculiaridades de esta zona de Valderredible. Por ejemplo, hemos
aprendido que la flora es la propia de un terreno seco y que todas las
formaciones rocosas que nos rodeaban eran calizas, huecas en su interior. A
pesar de que no hemos podido contemplar las cascadas, debido a que no ha
llovido mucho estos meses, hemos tenido la suerte de pasear por zonas que
habitualmente son inaccesibles. En lo alto, visitamos unos misteriosos espacios
escarbados en la roca, que sirvieron de vivienda y lugar de culto para diversas
grupos cristianos de hace más de 1200 años, es decir, ¡la iglesia más antigua
que hemos pisado!
Aunque el descenso nos costó a
algunos, llegamos sanos y salvos al autobús, que nos trasladó hasta el
albergue. Dejamos las maletas y nos fuimos a comer. Tras reponer energías,
Óscar nos explicó las normas y los horarias del centro y nos distribuyó por las
habitaciones y, aunque separados en dos plantas, todos los alumnos del
Villajunco estamos en la misma zona. Una vez hechas las camas y deshechas las
maletas, ¡comienzan los talleres! Dinámica de presentación, proyección sobre el
valle y el entorno,... Sin olvidarnos
del descanso para merendar y jugar un rato.
Pero aún no ha acabado la jornada.
Después de cenar tenemos por delante las actividades nocturnas, ¡y hasta cine!
Pero esto es solo el comienzo de la semana, mañana empezaremos con el plato
fuerte, que es la excursión al Monte Hijedo.